Sean todos y todas bienvenidos a esta entrada de Formación Integral, Humana y Religiosa, redactada y empleada por estudiantes del 6to B de Matemáticas y Tecnología.
La vida sin tecnología, ¿es esto posible?
“La tecnología ha sido motor y cuna de muchos de los avances que hoy en día hemos podido evidenciar. Cabe destacar que, siendo la tecnología un gran impulsor hacia la mejoría de nuestro planeta en distintas áreas de la calidad de vida de muchos, se ha visto también estrechamente ligada a otros extremos que se relacionan con el deterioro de la vida humana, como lo es la dignidad, la integridad y la convivencia”. Entendiendo que la ética permite orientar la conducta humana y guiar las acciones del ser humano; y que su objeto es definir cómo comportarse ante diversas experiencias, en beneficio propio y en el de los demás, y las actividades relacionadas con la tecnología no son una excepción. Te invito a leer con detenimiento el siguiente texto, en el que conocerás y podrás analizar informaciones y estadísticas de las que son algunas de las consecuencias del uso inadecuado o poco ético de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), y cómo este nos pone en riesgo a nosotros mismos y los que nos rodean.
El valor de un “selfie”
Más de 250 personas han fallecido mientras se hacían un “selfie” desde 2011 (cifra ofrecida por la CNN). Un dato tan curioso como trágico, que denota el poder de la imagen por encima del sentido común en algunos casos.
Esta obsesión por las autofotos me recuerda a los que vistan un museo y no logran contemplar un cuadro por conseguir likes en las redes sociales o a los que durante un concierto no escuchan su canción favorita por grabar un vídeo de pésima calidad, o bien, nunca disfrutarán la emoción de unos penaltis por querer sellar ante el mundo entero un 'yo-estuve-allí'. Desde hace años, la obsesión por las instantáneas ya no es cosa de turistas orientales. Se trata de una reacción tan natural como espontánea que nos ayuda a aprehender momentos, pero de alguna forma podemos caer en el riesgo de distraernos de lo importante por retener algo que nunca logramos vivir.
Late la lógica del consumismo vital, como quien presume de conquistar corazones sin haber conjugado nunca el verbo amar. Las experiencias del tipo que sea nos ayudan a crecer, a aprender y a madurar, en definitiva, a vivir. Sin embargo, nos pasa que confundimos la felicidad con experimentar el máximo de emociones posibles –y de paso mostrarlo a nuestros conocidos–, cuando en el fondo nuestra plenitud pasa más por la calidad que por la cantidad y, cómo no, por el sentido que le damos
A veces nos obcecamos con tener miles de experiencias sin saber muy bien para qué. Confundimos el vivir bien con realizar muchas cosas o con visitar muchos lugares. Está genial afrontar con pasión la vida y aprovecharla al máximo, pero quizás no pasa tanto por el número o por intentar congelar cada instante, sino por vivirlo con intensidad, como si fuese único e irrepetible. Facebook, Instagram o WhatsApp pueden estar llenos de imágenes –muchas necesarias que remueven nuestra memoria–, pero nunca podrán retener lo vivido. Al fin y al cabo, el corazón está lleno de vivencias profundas, no de fotos ni vídeos por espectaculares o numerosos que puedan llegar a ser.
Pocas veces en los eventos históricos se expone la participación de las mujeres, no obstante, la labor de estas es imprescindible en los eventos que provocan grandes cambios. ¿Sabías que en la Revolución de abril de 1965, las mujeres desempeñaron un papel importante?
Versículo de la Biblia que habla acerca de la resiliencia.
La resiliencia es la norma bíblica para los cristianos. La Biblia contiene muchas advertencias para seguir adelante.
(Filipenses 3: 13–15), superar las dificultades y la tentación
(Romanos 12:21) y perseverar frente a las pruebas
(Santiago 1:12). También nos da numerosos ejemplos de personas que sufrieron mucho pero que siguieron el plan de Dios para sus vidas.
Proverbios 24:16 podría verse como el verso del tema para los resilientes: "Aunque los justos caen siete veces, resucitan, pero los impíos tropiezan con la calamidad "
Pablo mostró una gran capacidad de recuperación después de su encuentro con Jesús que le cambió la vida (Hechos 9).
Cuando se transformó de fariseo religioso a cristiano radical, muchos no estaban contentos con su mensaje. Fue golpeado, apedreado, criticado, encarcelado y casi asesinado muchas veces (2 Corintios 11: 24-27).
Un incidente muestra especialmente la excepcional capacidad de recuperación de Pablo. En Listra, en Asia Menor, fue apedreado, arrastrado fuera de la ciudad y dado por muerto, pero cuando sus enemigos se fueron, Pablo simplemente se levantó y regresó a la ciudad (Hechos 14: 19–20).
Sus esfuerzos misioneros continuaron sin cesar. La resiliencia piadosa nos permite no ser desanimados de nuestra misión, independientemente de la oposición.
En el Antiguo Testamento, Job demostró una gran capacidad de recuperación, y Dios lo honró por ello. Después de perder todo, Job estaba en una gran agonía de alma y cuerpo, sin embargo, se negó a maldecir al Señor o a rendirse: "En todo esto, Job no pecó acusando a Dios de hacer algo malo" (Job 1:22).
Más tarde, cuando el sufrimiento se intensificó, la esposa de Job le aconsejó "maldecir a Dios y morir"
(Job 2: 9), pero Job ni siquiera consideraría tal cosa. A pesar de su sufrimiento, Job sabía que Dios estaba en control y que el conocimiento lo ayudaba a mantener la capacidad de recuperación en lugar de rendirse a la derrota. Su fe resultó en resiliencia.
El creyente en Jesucristo es sostenido por el poder de Dios y por lo tanto es naturalmente resistente. “Estamos presionados por todos lados, pero no aplastados; perplejo, pero no desesperado; Perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos ”(2 Corintios 4: 8–9).
Los cristianos siguen rebotando. La clave para la resistencia es la fe en el Señor:
“El Señor hace firmes los pasos. de quien se deleita en él; aunque tropiece, no caerá, porque el Señor lo sostiene con su mano "(Salmo 37: 23–24).
Proverbios 3: 5–6 es un buen pasaje para aferrarnos cuando podamos ver solo un desastre por delante: Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos, acéptalo. y él dirigirá tus caminos.
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